domingo, 24 de febrero de 2013

EL CLAMOROSO FRAUDE DE "CUARTO MILENIO"





En un blog dedicado al terror gótico y temas afines, debía escribir este artículo. La conciencia llevaba tiempo exigiéndomelo.

Empezaré diciendo que quien firma, no es persona escéptica que niegue por sistema todo aquello que no entra dentro de sus esquemas racionales o no pueda explicar. Tampoco lo contrario. Es decir, un ser crédulo dispuesto a tragarse todo aquello que le cuenten, siempre que esto sea lo que desea escuchar. Es más, por propia experiencia, me consta que es muy posible que exista alguna realidad paranormal. OJO: digo posible. No estoy afirmando que así sea, sino tan sólo que la posibilidad, al menos a mi juicio, existe.

En el propio programa han tratado en alguna ocasión alguno de ellos. Por ejemplo, el del Guardia Civil aquel que,  junto a otros compañeros, intervino en el registro de un hospital cerrado, dejando constancia en el informe oficial de que algo inexplicable –inexplicado al menos- y de lo que él y los otros agentes fueron testigos, había ocurrido allí. Igualmente, resultan impecables las exposiciones del psiquiatra Gaona acerca de las ECM –experiencias cercanas a la muerte- y también cuenta el programa con otros colaboradores, como Clara Tahoces, tuya aportación me resulta totalmente digna de respeto. Se podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que digan estas personas, pero hay que reconocerles que, cuando menos, son –o al menos lo parecen- honestas y en ocasiones exponen cosas que no encuentran justificación racional alguna. Quizá mañana se les encuentre alguna o quizá no, pero lo cierto es que, a día de hoy, se trata de fenómenos inexplicables y de cuya realidad no cabe dudar.

Cosa distinta es la que se puede afirmar de otros colaboradores. Enrique de Vicente, fundador de la revista dedicada a los fenómenos paranormales Año Cero, se coloca en la zona templada. El hombre se muestra hasta el extremo crédulo e ingenuo, o al menos esa es la apariencia que quiere mostrar. A una se le hace coherente que las personas puedan llegar a creer en la realidad de determinadas cosas, pero es que Vicente da credibilidad a todo. Desde visitas extraterrestres a nuestro planeta hasta contactos con seres difuntos, pasando por todo tipo de teorías conspiranóicas. Pero bueno, se entiende que, ante todo, se debe a su revista, con lo cual la defensa de todos estos temas le viene impuesta.

El verdadero escándalo llega con los inefables Santiago Vázquez y Paloma Navarrete. Aquí la cosa ya entra de lleno en el puro fraude y además de forma muy evidente y a las claras. No es sólo que las historias estén muy mal construidas y los intervinientes sean muy malos actores. Tanto a las personas que supuestamente viven estas experiencias, como a Paloma y Santiago, se les ve de lejos falsos, forzados y fingidos, pero es que, además, las pruebas que aporta el propio programa resultan irrefutables. Como ejemplo, valga uno de los casos de la semana pasada. Se daba éste en una supuesta casa encantada –o albergadora de un caso de poltergueist-, en la cual volaban objetos y se escuchaban golpes a diario, o al menos muy frecuentemente. Allá que va el equipo de programa. Tras pasar algunas horas con la familia sin resultado alguno, vuelve éste al día siguiente con el inmueble vacío para ellos. Primero se aísla en él a José Manuel Nieves, el escéptico. Los demás se largan y le dejan media hora allí a solas y en la oscuridad, con las cámaras enfocándole y grabando imagen y sonido. Transcurrido el lapso de tiempo… nada. Ni un solo ruido fuera de lugar, ni un amago de fenómeno… nada en absoluto.

Cambio.  Sale el escéptico y entra el “experto” en parapsicología: Santiago Vázquez. Y, ¡oh maravilla!, todo cambia y empieza el show del Más Allá. Como si “las presencias” hubieran estado esperándole, vamos. En un momento dado, un golpe cuyo sonido no era “nada normal”. Luego, de repente, el bueno de Santiago sorprende a propios y extraños afirmando que se ha encendido por sí sola la pantalla de televisión. ¡Albricias! ¡Los fantasmas se han manifestado!

El caso es que allí no había ocurrido nada de nada, como bien, aunque tímidamente, se apresuró a constatar  Nieves. Las propias cámaras del programa dejaban clara constancia de ello. Al igual que había ocurrido con él, Santiago había permanecido a oscuras –o casi a oscuras- y con las cámaras enfocándole. El fulgor de la pantalla al encenderse habría sido captado por ellas. Es más, tras el lugar en que ambos se habían sentado y quedando el televisor a su derecha, se ubicaba una ventana, cuyos cristales hubieran reflejado igualmente la luz del proveniente del aparato. Santiago, dando muestras de escasa  inteligencia y perspicacia, se lo había inventado todo. Intentó salir Iker al quite, afirmando que algo debía haber visto a juzgar por su expresión, pues no podía ser tan buen actor. El caso es que fue justo lo contrario: se mostró como un pésimo ídem. Dicha expresión y su reacción, no resultaron para nada creíbles. Pero vamos, eso puede resultar opinable. La cuestión del supuesto encendido de la pantalla no. Las cámaras habían dejado plena y cierta evidencia, de que en ningún momento había ocurrido lo que afirmaba Santiago.

Y aun hubo más, por supuesto. Poco después, se escuchaba una psicofonía que el “experto” en parapsicología había grabado en la casa. Y claro, en ella se habían registrado unas muy siniestras voces que hablaban de matar o algo así, no recuerdo exactamente. ¡Cómo no!

En fin, todas las intervenciones que en esta temporada han tenido este hombre y Paloma Navarrete, han sido del estilo. Puro circo y montaje. Y además apoyados y secundados a las claras por el programa. Al parecer, no es nueva la cosa. En temporadas anteriores no lo he seguido tan asiduamente, pero leí que hace ya algunas, Iker, como parte de la campaña de publicidad de un libro suyo que salía a la venta por aquel entonces, apoyó en el programa la investigación de un supuesto caso de aparición fantasmal en un cementerio. ¡Sic! Aprovecho para informar que los casos de encuentros con aparecidos en camposantos, son considerados fraudulentos y desechables de entrada por los auténticos expertos. Un cementerio es, probablemente, en lugar en que menos posibilidades existen de encontrarse con un espectro. La cosa cae por propia lógica y coherencia: los fantasmas, según la teoría normalmente admitida, se aparecerían en aquellos lugares con los cuales mantuvieron una especial relación en vida –hogar, trabajo…- o bien vendrían en busca de alguien en especial, en cuyo caso se mostrarían allá donde esa persona se encontrase. En fin…

El caso es que el tema acabó por revelarse como un burdo fraude, ante lo cual Iker, muy digno, reaccionó inmediatamente anunciándolo como tal en el programa. Muy honresto él. Y sin embargo, cuando dejas mensajes en la página de Cuarto Milenio en Facebook opinando –siempre de forma respetuosa- que se están viendo nuevos montajes, te los borran y te bloquean para que no puedas escribir otros. Se les ve muy sinceros y honestos a estos chicos, sí.

El problema está en que, por definición, un suceso paranormal es algo excepcional. Algo extraño y que, por tanto, muy raramente ocurre. Y claro, con sucesos que sólo de forma extraordinaria y muy raramente ocurren, no se puede mantener un programa semanal y que, por tanto, con cadencia semanal necesita de éstos. Lo que es por naturaleza extraño que ocurra –si es que realmente ocurre-, ha de pasar a convertirse en algo que sucede habitualmente para que Cuarto Milenio pueda salir en antena cada siete días. Y claro, si no hay suficientes casos, habrá que inventarlos. O eso o cerrar el chiringuito. La verdad y la seriedad en la investigación de estos fenómenos, se acaba cuando la cosa pasa a orientarse por criterios comerciales y cada semana hay que tener un programa preparado sí o sí. Si no hay nada con que llenarlo, habrá que inventárselo.     

El daño que con esto se está haciendo a la investigación paranormal, evidentemente,  es enorme y, probablemente, irreparable. Resulta totalmente comprensible que cada vez menos gente confíe en los supuestos expertos, dotados, etc. En base a mi propia experiencia personal, como decía al principio, casi puedo asegurar que algo de realidad hay en ciertos temas, pero claro, con todo este circo, ¿a quién se lo cuentas? Precisamente, lo normal resultará que quien realmente viva una de estas experiencias, no quiera pasar por el mal trago de verse equiparado a toda esta suerte de comediantes.

Como conclusión, os plantearé una reflexión: la investigación paranormal nunca admitirá un trato comercial ni podrá servir de base por sí sola a ningún programa. Estos casos, si realmente existen, se darán, como ya he comentado, de forma muy extraordinaria. La mayoría –tanto como el 90 % o más- de aquellos a los que un supuesto experto en el tema pueda tener acceso y estudiar, serán casos de sugestión o directamente fraudes. Tan sólo uno de cada muchísimos, en el mejor de los casos, quizá tenga algo de real. Y claro, con eso no se puede cubrir una demanda a nivel comercial. La gente quiere que le enseñes “fantasmas”. Que les digas que hay otra vida después de la muerte y les muestres los casos que lo demuestran. Si, en cambio, les cuentas que prácticamente todos lo que hay son nada y sólo muy de tarde en tarde les muestras algo que, por lo general, tampoco es todo lo clarificador que esperan y desean, está claro que la cosa no funcionará desde ese punto de vista mercantilista. Como diría Risto Mehide, “no comprarán”. En cambio, es la única vía seria de investigación y que, de existir algo realmente, algún día podría llegar a confirmarlo.

viernes, 22 de febrero de 2013

DANIEL Y MANUELA RUDA: “LOS SICARIOS DE SATÁN”. ASESINOS VAMPIROS (crimen ritual)






Manuela se había hecho implantar colmillos de origen canino en sustitución de los suyos naturales. Dormía en un ataúd y había aprendido a beber sangre humana, que conseguía de donantes voluntarios a través de Internet. Se aficionó a este tipo de prácticas vampíricas cuando trabajaba en un pub gótico londinense, cuya clientela estaba formada “por vampiros y también por personas normales”, según sus propias palabras. Fue allí donde, una noche de invierno, en la verde campiña inglesa, recibió su impío bautismo, iniciándose a la fe de Satán bajo la luz de la luna.

De vuelta a su Alemania natal, llevó con ella toda aquella liturgia y ritualidad satánico-vampírica aprendida. Daniel Ruda, otro joven teutón, había insertado en el diario un anuncio en el que buscaba “princesa de la oscuridad que odie a toda la humanidad”. Cuando Manuela lo leyó, supo que aquellas líneas estaban destinadas a ella.

Fue de esa manera que se conoció una de las parejas de asesinos más espeluznantes que han existido. Manuela y Daniel Ruda: los sicarios de Satán.

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 Manuela Ruda

El 6 de Julio de 2001, el matrimonio formado por Daniel y Manuela Ruda logró acabar brutalmente con la vida de su amigo Frank Hackert. Habían recibido órdenes claras y precisas del Diablo: si querían asegurarse el Infierno, habrían de ganar su lugar él. Al igual que los seguidores de Cristo se hacen merecedores del suyo en el Cielo con obras piadosas y buenas obras, ellos habrían de hacerlo a través de un baño de sangre, repartiendo muerte y asegurándose de que sus víctimas pereciesen sufriendo.

Todo comenzó en el apartamento que se encuentra situado en la localidad de Witten, al oeste de Alemania. Aquella mañana del 6 de Julio de 2001 la pareja llevó a Frank Hackert antiguo compañero de trabajo de su esposo y amigo, a su casa con la intención de pasar un buen día.

Una vez en el interior de la casa, ajenos a miradas indiscretas, el joven Daniel se puso en pie y golpeó a su amigo con un martillo en la cabeza. Su esposa Manuela, que por aquel entonces contaba con veintitrés años de edad, se abalanzó sobre su amigo y le clavó un cuchillo en el corazón. El cuerpo del joven recibió un total de treinta y tres martillazos y sesenta y seis puñaladas. El número del Diablo a falta de las centenas.

Tras su fallecimiento, la pareja decidió grabarle en el pecho un pentagrama invertido, símbolo con el que suele representarse al Diablo. Posteriormente la pareja extrajo parte de la sangre de su víctima, la vertió en diversos recipientes y la bebió.

Durante el ritual la pareja recitó una letanía satánica por el alma de su amigo ya fallecido. Tras finalizar, se introdujeron en el ataúd que Manuela utilizaba para dormir e hicieron el amor.

Daniel y Manuela en el juicio
                                                      





La carta de Manuela a su madre.

Manuela Ruda le envió una carta a su madre en la que le decía lo siguiente:

“No soy de este mundo. Debo liberar mi alma de la carne mortal”

La madre de Manuela sospechaba de que algo no iba bien y que su hija podía haber cometido un terrible error. Alertada por este mal presentimiento avisó a la policía para que fueran a investigarla.

Tres días más tarde, los policías entraron en la vivienda del matrimonio, donde hallaron el cuerpo sin vida del joven Frank Hackert. En el interior del piso los agentes se quedaron sin palabras: la decoración era más que siniestra, la sangre del joven asesinado impregnada las paredes, había imitaciones de cráneos humanos por doquier, objetos de culto satánico y una lista en la que figuraban quince posibles víctimas.

La nota venía acompañada de una anotación que decía lo siguiente:

“Alegraos, vosotros sois los siguientes”

 
 




Detención y Juicio.

Tras el hallazgo del cuerpo sin vida del joven Frank Hackert la policía emite una orden de búsqueda y captura por todo el país.

Los jóvenes son arrestados tres días más tarde en una gasolinera en un pueblo al este de Jena, en Alemania.

El juicio se celebró a comienzos del 2002. El joven matrimonio apareció durante el juicio con su indumentaria satánica: ropas negras, botas militares, cruces invertidas, llamativos tatuajes...

El encargado de llevar el caso fue el juez Arnjo Kersting- Tombroke, quien escuchó atentamente las declaraciones de los acusados.

Durante el juicio, Manuela Ruda declaró cómo habían logrado matar a su amigo.

“Estábamos sentados en el sofá y de pronto Daniel se puso de pie. Golpeó con el Martillo a Frank. Mi cuchillo brillaba y escuché una voz que decía: “Apuñálale en el corazón”. Entonces se lo clavé. Vi una luz a su alrededor. Era su alma, que había salido del cuerpo. En ese momento recitamos una letanía satánica“.

Continuo su relato diciendo:

“No fue un asesinato, sino una ejecución. Satán nos lo ordenó. Debíamos obedecer, Teníamos que matar. No podríamos ir al infierno a menos que lo hiciéramos“.

Tras tomarse su tiempo, Manuela Ruda añadió fríamente:

“Queríamos asegurarnos de que la víctima sufriera”.

Los médicos que evaluaron a la pareja y que posteriormente declararon en el juicio informaron al juez de que la responsabilidad de los implicados estaba notablemente disminuida y ambos individuos mostraban síntomas de estar profundamente perturbados. A lo largo del juicio surgieron numerosos datos que apoyaban el carácter ritual del crimen. Los asesinos se habían casado el 6 de junio (el 6 del sexto mes), y llevaron a cabo su sacrificio el 6 de julio. Estas fechas configuran una conocida cifra: 666, el número de la bestia en el Apocalipsis de San Juan.

Durante el juicio, Manuela mostraba una gran repulsa hacia la luz del sol e hizo alarde de su introducción al satanismo. Al parecer todo había comenzado en el Reino Unido, el ambiente metalero la había seducido. Incluso declaró ser asidua a ciertos locales en los que se practica vampirismo. Manuela aseguró haber ingerido sangre humana de voluntarios que conocía por Internet.

Su desequilibrio la llevó a reemplazarse dos de sus dientes por colmillos similares a los de los animales para parecerse más a un vampiro. Incluso aseguro haber sido sepultada en un cementerio para saber qué se sentía.

El juez Arnjo Kersting- Tombroke dictó sentencia. La pareja debería recibir tratamiento psiquiátrico antes de ingresar en prisión.

Durante el alegato final el juez declaró lo siguiente:

“Actuaron motivados por la ira, la ira de sus mentes atrofiadas contra lo sano. No se trata de mística o magia, sino de un crimen deplorable. Los acusados se han agarrado al satanismo para huir de sí mismos. No han tenido una vida feliz. ¿A quién le gustaría estar en su piel?”

Manuela Ruda fue sentenciada a pasar trece años en prisión, mientras que su esposo pasaría quince. La familia Hackert no está en absoluto conforme con la condena que ha recaído sobre los asesinos de su hijo. Y es que el veredicto del tribunal fue bastante más leve de lo que se esperaba. No obstante, la Ley alemana permite mantener en prisión a una persona aun después de haber cumplido su condena, cuando razones de seguridad así lo aconsejan. Dada la peligrosidad y profundo estado de perturbación de Manuela y Daniel, es posible pues que jamás salgan de la cárcel.












viernes, 15 de febrero de 2013

GRANDES PROCESOS DE LA INQUISICIÓN III: BRUJAS DE BAMBERG, PROCESO CRUEL



 

Los historiadores coinciden de forma unánime en declarar a Alemania la tierra por excelencia de la brujería y, por tanto, de la actuación inquisitorial. En el periodo histórico en que desarrollamos este análisis de los procesos, el país se hallaba fraccionado por cerca de trescientos territorios autónomos, sujetos a la autoridad del Sacro Imperio Romano-germánico. Pese a la aplicación estricta del Código Carolingio (1532) en que muerte y tortura eran las penas comunes a los delitos de brujería, cada Estado -protestantes unos y católicos otros- aplicaba justicia con criterios independientes, casi siempre en exceso, La «caza de brujas» en Alemania tuvo dos momentos culminantes: después de la Contrareforma (1570) y durante la llamada «guerra de los treinta años» (1618-1648) y justo en aquellos territorios gobernados por autoridades eclesiásticas Tréveris Estrasburgo, Breslau, Würzburg y Bamberg, entre otras ciudades, guardan memoria de célebres procesos distinguidos por lo general en todo el país por un concepto especial de la crueldad con que se desarrollaron, El proceso contra las brujas de Bamberg nos servirá de punto de referencia.


Bamberg parecía vivir un tanto al margen de la corriente brujeril que azotaba a otras poblaciones. Con la llegada del obispo Juan Gottfried en 1609, la situación se encrespó y durante su mandato fueron quemadas unas trescientas personas acusadas de brujería El prelado de Bamberg vivía, al parecer, obsesionado por los buenos resultados derivados de la actuación de su primo Adolfo de Ehrenberg, también obispo, que había ordenado la ejecución de novecientos sospechosos. Juan Georg II, encargado de reaunudar las persecuciones entre 1624 y 1627, ideó una cárcel singular -Drudenhaus-, capaz de albergar entre treinta y cuarenta prisioneros y muestra ejemplar de los sistemas de tortura más sofisticados para arrancar la verdad a los herejes. De esta «casa» se hicieron réplicas en otras localidades, como Zeil, Kronach y Hallstadt. En poco menos de tres años, el comisario inquisidor Ernesto Vasolt llevó a cabo la ejecución de cuatrocientas personas, todas ellas apresadas por el procedimiento de la denuncia. Bamberg era citada como ciudad a imitar, pues el brazo secular no distinguía entre el pueblo bajo y personalidades de la aristocracia; en 1631 se llegó a procesar al tesorero del obispo. La causa seguida contra la esposa de un acaudalado ciudadano, llamada Dorotea Block, en cuyo desarrollo no se permitió la asistencia de abogado, propició una desbandada a sitios más seguros de los atemorizados vecinos de Bamberg Los juicios y las sentencias, de otro lado, se sucedían apenas sin interrupción, de modo que no había tiempo a apelaciones ni recursos. Los métodos empleados en las cárceles, aun siendo comunes en escenarios distintos, tuvieron en Bamberg una referencia lineal de ascendente crueldad. Al uso de las clásicas empulgueras, de los tornos flagelación y el potro, los reos sufrían tormentos especiales con cepos dotados de púas de hierro, con la estrapada, el frotamiento del cuello con una cuerda hasta alcanzar el hueso, los baños de agua helada, la aplicación de ascuas bajo las axilas y en las ingles, el reclinatorio de flechas de madera afiladas, la alimentación a base de arenques en salmuera y privación de agua, baños de agua hirviente con cal añadida y, por último, mutilaciones de manos y pechos, esto con tenazas calentadas al rojo.
La fama de los torturadores de Bamberg corrió pareja a la relación de torturas aplicadas, que en muchos casos dejaban sin vida a los detenidos. El relato de un huido de la Drudenhaus de Bamberg sirvió al confesor del emperador, el padre Lamormaini, para implorar de la máxima autoridad que impidiera tanta injusticia, bajo la amenaza de negarle la absolución y dificultar la ascensión al trono del príncipe heredero. Fernando II ordenó una investigación y a partir de 1631 cesaron prácticamente las ejecuciones en Bamberg, cuyo sanguinario obispo moría un año después. Pese a la intervención del monarca, el prelado aún sentenció en 1630 a veinticuatro acusados de brujería.

 

domingo, 10 de febrero de 2013

LÍDIYA LITVIAK, LA “ROSA BLANCA” DE STALINGRADO: DE LA HISTORIA A LA LEYENDA







Me vais a perdonar que vuelva a incluir un artículo que nada tiene que ver con el mundo del terror gótico, pero es que la historia de esta chica realmente me ha impresionado -me toca algo sensible teniendo familia rusa-. Además, es sabida la clara tendencia gótica por la cultura en general y, muy en particular, temas como la historia épica.
Apenas siendo una niña todavía, esta chavala sembró el terror entre los aviadores nazis de la IIª Guerra Mundial. Tiene todos los ingredientes del mito y la leyenda, incluida una muerte en combate. Os dejo con su historia.
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Lídiya Litviak

Lídiya Vladímirovna Litviak, (en ruso: Лидия (Лилия) Владимировна Литвяк, 18 de agosto de 1921 – 1 de agosto de 1943), también conocida como Lidia Litvyak, Lydia Litvak, Lilya Litvyak, Lily Litvak o la Rosa Blanca de Stalingrado, fue una piloto de caza de la Fuerza Aérea Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Resultaron notorias sus acciones durante la Batalla de Stalingrado, dando así pie al apodo con el que ha pasado a la historia.
A los 21 años de edad, con doce victorias en solitario y de dos a cuatro compartidas, se convirtió en una de las dos ases de combate femeninos de la historia militar mundial –siendo la otra su camarada Katia Budánova–. Lidia mantiene actualmente el récord de derribos en combate real a manos de una sola mujer. Por todo ello, y habiendo desaparecido en acción durante la Batalla de Kursk, fue finalmente reconocida como Heroína de la Unión Soviética.

Formación

Nacida en Moscú, a Lidia le gustaba la aviación desde niña. Con 14 años se apuntó a un aeroclub popular soviético, y a los 15 pilotaba un avión por primera vez. Obtuvo un carné de piloto deportivo a los 16, y a finales de los años 1930 recibió la licencia de instructora de vuelo.

Segunda Guerra Mundial

Al comenzar la invasión nazi de la Unión Soviética en junio de 1941, Lidia quiso unirse voluntarimente a una unidad de aviación militar, pero fue rechazada por su falta de experiencia. Tras exagerar su historial de vuelo de preguerra en 100 horas de vuelo, logró que la admitieran en el 586º Regimiento de Cazas (586 IAP) creado por Marina Raskova y compuesto únicamente por mujeres. Allí, Lidia se entrenó a los mandos de un avión de caza Yakovlev Yak-1.



        Una vez, en Engels, hicieron salir a Lilya de la formación matutina. Llevábamos el uniforme de invierno, y ella había cortado los bordes superiores de sus botas altas de piel a fin de hacerse un fular para su traje de vuelo. Marina Raskova, nuestra comandante, le preguntó cuándo había hecho eso. Lilya contestó: "Durante la noche". Lilya quería vestir a su manera. Raskova le dijo que durante la noche siguiente, en vez de dormir, volviera a coser la piel en su sitio. [...] Era muy extraño: había una guerra en marcha y esta rubia, esta chiquilla, estaba pensando en adornos para su traje. Me pregunté: ¿qué clase de piloto va a ser esta, si no le preocupa nada más que su fular y su aspecto?
       Inna Pasportnikova, mecánica de Lídia, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mun

Victoriosa en el regimiento de los hombres

Lidia llevó a cabo sus primeras misiones de combate durante el verano de 1942, sobre Sarátov. En septiembre la asignaron —junto a Katia Budánova, otras seis mujeres piloto y personal de tierra femenino— al 437 IAP, un regimiento masculino corriente que luchaba en Stalingrado, donde estaban sufriendo pérdidas cuantiosas. Allí pilotaba un caza Lavochkin La-5 y el 13 de septiembre de 1942 logró derribar sus dos primeras aeronaves enemigas sobre Stalingrado. Su primera caza, conseguida en la segunda misión que realizaba, fue un bombardero Junkers Ju 88 o quizás un Heinkel He 111 en cooperación con el comandante del regimiento.
Pero minutos después alcanzaba su primera victoria en solitario, haciendo caer un caza Messerschmitt Bf 109 G-2 "Gustav" pilotado por un as alemán que tenía once victorias a sus espaldas y estaba condecorado tres veces con la Cruz de Hierro: el sargento Erwin Maier de la 2ª Staffel, Jagdgeschwader 53. Maier pudo saltar en paracaídas y fue capturado por las tropas soviéticas. Entonces pidió que le permitiesen conocer al as ruso que había sido capaz de derribarle. Cuando le presentaron a Lidia, una muchacha menuda que acababa de cumplir 21 años, Meier creía que sus captores le estaban gastando una broma.
           

Algunas veces, los hombres pilotaban el mismo avión que Lilya, porque había pocos aparatos disponibles. Lilya era muy pequeña y bajita y cada vez que los chicos volaban en su avión, yo tenía que ajustar los pedales del timón, y luego ajustarlos de nuevo cuando Lilya iba a pilotar. Mis amigos me decían que yo siempre estaba con las piernas en alto, porque tenía que meterme de cabeza a la cabina para corregir los pedales.
         Inna Pasportnikova, mecánica de Lídia, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial  

El 27 de septiembre Lidia comenzó a llamar la atención de sus superiores al derribar otro bombardero Junkers Ju 88 en solitario y un Messerschmitt Bf 109 junto a Raisa Belyayeva. Entonces Lidia, a la que todos llamaban Lily o Lilya (en ruso: Лилия, lirio o azucena), se hizo pintar un lirio blanco en su avión como elemento distintivo. Pero desde la distancia, aquel lirio parecía más bien una rosa. Nacía la leyenda de la Rosa Blanca de Stalingrado, la muchacha de 21 años que hacía huir a los pilotos nazis en cuanto distinguían aquella flor mortífera pintada en su fuselaje. Hacia finales de 1942, Lidia fue trasladada al 9º Regimiento de Cazas de la Guardia (9 GvIAP), una unidad de élite.

La cazadora por libre

Entonces, el 11 de febrero de 1943, poco después de la victoria soviética en Stalingrado, Lidia hizo caer otros dos aviones alemanes: un Junkers Ju 87 Stuka en solitario y un Focke-Wulf Fw 190 compartido con Alexei Solomatin. Así alcanzó los cinco derribos y Lidia se convirtió en uno de los dos únicos ases femeninos de la historia de la aviación militar mundial (la otra es su camarada Katia Budánova). Apenas doce días después fue condecorada con la Orden de la Estrella Roja, ascendida a subteniente y seleccionada para tomar parte en un grupo de táctica aérea de élite llamado okhotniki, o cazadores por libre. Esto consistía en que dos pilotos de gran capacidad se elevaban para buscar blancos enemigos siguiendo su propio criterio e iniciativa, en vez de hacerlo como parte de una operación más grande y más controlada.


{{Cuando Lilya se aproximaba al aeródromo después de una victoria, era imposible verla: llegaba volando a muy baja altitud y se ponía a hacer acrobacias de repente sobre el campo de aviación. El comandante del regimiento bramaba: "¡La voy a destrozar por esto! ¡Le voy a dar una lección!" Después de aterrizar y corretear hasta nuestra posición, Lilya preguntaba: "¿Me ha gritado mucho papá?" Y él le gritaba, pero después se admiraba de lo que había hecho. En estas ocasiones volaba tan bajo que las cubiertas de los aviones se sacudían y se las llevaba el viento que Lilya producía al pasar.
    |Inna Pasportnikova, mecánica de Lídia, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial}}


El 23 de marzo resultó herida en combate y tuvo que practicar un aterrizaje forzoso debido a los daños sufridos por su aparato, pero se recuperaría pronto. Entre marzo y mayo derribó sin ayuda cuatro cazas Messerschmitt más, así como otro bombardero Junkers Ju 88. Estas hazañas la convirtieron también en un as en solitario, la máxima categoría entre los combatientes del cielo.
El 21 de mayo su compañero e igualmente as soviético Alexei Solomatin murió a la vista de todo el regimiento, mientras instruía a un piloto novato. Lidia quedaría muy afectada, y escribió una carta a su madre contándole que había estado enamorada de él. La mecánica de Lidia, sargento mayor Inna Pasportnikova, relató en 1990 que a partir de este momento la joven ya no quería volar más que en misiones de combate, y que ahora luchaba con furia y "desesperación".
El 31 de mayo Lidia se presentó voluntaria para derribar un blanco extremadamente difícil y peligroso: un globo de observación artillera manejado por un oficial alemán. Usando estos globos, el enemigo podía asignar blancos precisos para la artillería desde grandes distancias, causando grave devastación. Muchos pilotos ya lo habían intentado destruir antes que ella, pero todos ellos fueron rechazados por los densos cinturones de fuego antiaéreo que lo protegían. En el primer intento Lidia tuvo que darse la vuelta también, pues resultaba imposible superar aquellas barreras de flak. Después, propuso a su comandante un plan diferente: lo atacaría desde atrás, volando en un amplio círculo de decenas de kilómetros sobre territorio controlado por los nazis:


Tras elevarse, Lilya no voló hacia la línea del frente, sino paralela a la misma, hacia el área donde los alemanes no tenían ni tropas ni artillería. Por allí atravesó la línea del frente sin que la vieran, para volar hacia su retaguardia, escogiendo la hora del día en que podría acercarse al globo desde la dirección del sol. Nadie se esperaba que Lilya apareciese por ese lado. Abrió fuego con munición trazadora, el hidrógeno del dirigible se incendió y cayó a tierra...
     Inna Pasportnikova, mecánica de Lídia, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial

El 13 de junio de 1943 la nombraron comandante del 296º IAP, que pronto pasó a denominarse 3er escuadrón del 73º Regimiento de Cazas de la Guardia. Ahí resultó herida y tuvo que realizar un aterrizaje forzoso de nuevo, el 16 de julio, en una batalla aérea donde derribó un caza Messerschmitt que según algunas fuentes llevaba un As de Picas pintado en el fuselaje; tal cosa se correspondería con algún as alemán.
Pero el 19 de julio, Lidia ya estaba volando de nuevo, y al terminar el mes había logrado destruir tres cazas Messerschmitt enemigos más. Su último derribo confirmado se produjo el 31 de julio.


Después de que la derribasen por primera vez, le dieron un avión Yak-1 nuevo. Los chicos querían impedir que siguiera volando porque querían salvarla, pero les resultó imposible: Lilya era una comandante de vuelo.
     Inna Pasportnikova, mecánica de Lídia, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
    

La última misión

Al día siguiente, el 1 de agosto de 1943, la Batalla de Kursk (sector sur) proseguía con toda su intensidad. Lidia salió a combatir cuatro veces en ese día, y se cree que pudo conseguir otro derribo durante la mañana, aunque no se ha podido confirmar.
Finalmente, durante la cuarta misión de la jornada, escoltando un vuelo de aviones de ataque Ilyushin Il-2 Sturmovik a través del río Mius y la carretera que controlaba la cuenca indutrial del Donbass, varios cazas Messerschmitt Bf 109 les atacaron por sorpresa desde lo alto. El Yakovlev Yak-1 de Lidia resultó alcanzado por fuego de ametralladora. Sus acompañantes la vieron caer hacia las nubes. El piloto soviético Ivan Borisenko descendió para tratar de encontrarla, aunque no se avistaba ningún paracaídas, ni ninguna explosión, ni humo; no tuvo éxito. Pero Lidia nunca regresó. Tenía aún 21 años.

Memoria

Como no se pudo recuperar su cadáver, las autoridades soviéticas sospecharon que podía haber caído prisionera, lo que bloqueaba su reconocimiento como Heroína de la Unión Soviética. Aunque, naturalmente, mantuvo su Orden de la Bandera Roja, la Orden de la Estrella Roja y su doble Orden de la Guerra Patriótica.
Entonces, su mecánica Inna Pasportnikova se embarcó en una búsqueda de 36 años de duración para encontrar los restos del Yakovlev Yak-1 donde Lidia fue vista por última vez. Familiares de la aviadora, el público y los medios de comunicación soviéticos la apoyaron en su tarea. Inna y sus ayudantes utilizaban un detector de metales para localizar lugares donde un avión pudiera haber sido derribado durante la guerra. En 1979, después de descubrir más de 90 lugares donde otros pilotos habían caído, se enteraron de que una aviadora no identificada fue enterrada por aquellas fechas bajo el ala de su aparato cerca de la localidad de Dmitrievka (Donetsk), con una herida mortal en la cabeza; después, los restos del avión habrían sido retirados del lugar bien por los alemanes o bien por los soviéticos que tomaron la zona al día siguiente. Este lugar se encuentra muy próximo al lugar donde cayó Lidia.
En tiempos recientes, algunos autores han planteado dudas sobre su destino final, sin aportar ninguna prueba al respecto. Yekaterina V. Vaschenko, conservadora del Museo Litvyak, asegura que el cuerpo fue desenterrado y examinado por especialistas forenses, determinando que pertenecía a la aviadora.
El 6 de mayo de 1990, el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov condecoró finalmente a la teniente primera Lidia Litvyak con la Estrella de Oro de Heroína de la Unión Soviética, como as de la aviación desaparecida en combate.
Lidia da nombre a una calle de Moscú, tiene un museo y un monumento a su memoria en Krasnyi Luch (Ucrania) y aparece en el Libro Guinness de récords mundiales como la mujer con más derribos conseguidos en toda la historia de la aviación. Se la ha incluido también como personaje en diversas series de anime.



Teniente primera
Años de servicio
1942 - 1943
Apodo
La Rosa Blanca de Stalingrado
Lealtad
Bandera de la Unión SoviéticaUnión Soviética
Servicio/rama
Flag of the Soviet Air Force.svgFuerza Aérea Soviética
Unidad
586 IAP, 437 IAP, 9 GvIAP, 73 GvIAP
Condecoraciones
Order of the Red Banner 1.jpgOrden de la Bandera Roja
Order-of-the-Red-Star.jpgOrden de la Estrella Roja
Orden-otechestvennoy-voyny A0078505.jpgDoble Orden de la Guerra Patriótica
Hero of the USSR.pngHeroína de la Unión Soviética
Mandos
Comandante, 3er escuadrón, 73ª IAP de la Guardia
Participó en
Segunda Guerra Mundial
  • Batalla de Stalingrado
  • Batalla de Kursk

Nacimiento
18 de agosto de 1921
Bandera de la Unión SoviéticaMoscú
Fallecimiento
1 de agosto de 1943
Bandera de la Unión SoviéticaProbablemente cerca de Dmitrievka (Donetsk, Ucrania). Desaparecida en acción.




Con tu muerte traspasaste los límites de la Historia para entrar en la leyenda. Siéntete orgullosa donde quiera que estés. Hoy eres mito e inspiración para miles de chicas de tu país y otros, que siguen tu ejemplo y para las cuales constituyes modelo a seguir.

Resumen de victorias de la as soviética Lidia Litvyak

Fecha
Lugar
Enemigo derribado
Pilotando
Unidad
En solitario
Confirmado
13.09.1942

437 IAP
No


Caza Messerschmitt Bf 109G pilotado
por el as Erwin Maier (triple Cruz de Hierro)
Lavochkin La-5
437 IAP
27.09.1942
Stalingrado
Bombardero Junkers Ju 88
Lavochkin La-5
437 IAP


Caza Messerschmitt Bf 109
Lavochkin La-5
437 IAP
No
01.03.1943
Avión de ataque Junkers Ju 87 Stuka
9 GvIAP


Yakovlev Yak 1b
9 GvIAP
No
22.03.1943
Bombardero Junkers Ju 88
Yakovlev Yak 1b
9 GvIAP


Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
9 GvIAP
05.05.1943
Frente Oriental
Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
9 GvIAP
07.05.1943
Frente Oriental
Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
9 GvIAP
31.05.1943
Frente Oriental
Globo de observación artillera protegido
por densos cinturones de Flak antiaérea
Yakovlev Yak 1b
9 GvIAP
16.07.1943
Frente Oriental
Caza Messerschmitt Bf 109 "con
un As de Picas pintado en el fuselaje"
Yakovlev Yak 1b
3–73 GvIAP
19.07.1943
Frente Oriental
Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
3–73 GvIAP
31.07.1943
Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
3–73 GvIAP


Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
3–73 GvIAP
01.08.1943
Donetsk
Caza Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
3–73 GvIAP
No
No
01.08.1943
Donetsk
Desaparecida tras ser derribada
por 4 cazas Messerschmitt Bf 109
Yakovlev Yak 1b
3–73 GvIAP